¿Acaso nos arrastra la corriente del alcohol hacia un viaje sin retorno lleno de angustias, depresiones, pérdida de valores humanos?
No sé cuántos de ustedes lo han notado, pero la mayoria de las personas tenemos problemas con el consumo del alcohol. Tomamos cerveza, o ron o cualquier otra bebida alcohólica por cualquier excusa: si nos fue bien en algo chupamos, si nos fue mal también, si estamos tristes da lo mismo, y si estamos alegres bebemos con alegría.
Para toda actividad de nuestra vida cotidiana estamos relacionando el consumo de alcohol como una parte inseparable de nuestras relaciones. Por ejemplo, si un grupo de jóvenes planea reunirse en una casa para celebrar la llegada de un amigo, lo primero que se condiciona a esa relación es el consumo de alcohol, y el problema no radica en el consumo, sino en la cantidad.
Somos excesivos para tomar, no paramos hasta que se acabe lo que hay, porque mandamos a comprar más, cueste lo que cueste.
Una reunión de jóvenes puede alargarse con varias botellas hasta la madrugada, hasta aturdirnos y embrutecernos, con un deseo inconsciente de masacrar nuestras neuronas, como un desprecio a nuestra salud.
Y al día siguiente sufrimos los estragos de la goma que nos deja fuera de la realidad, o lo que creemos que es nuestra realidad.
Un día más perdido en nuestras vidas.
Nuestras capacidades físicas e intelectuales se reducen drásticamente.
Una considerable parte de la población misma encuentra en el consumo de alcohol una forma de diversión que se encuentra en cualquier esquina o gasolinera, las publicidades sobre la cerveza, y demas bebidas alcoholicas induce como autómatas al consumo, y lo que es pero aún, estas monumentales campañas de publicidad están preparando a los futuros clientes, porque los niños son blancos perfectos de estos mensajes.
No somos los mismos un día después de la parranda.
Cambia todo en nuestro organismo, nuestro sistema nervioso aún permanece intoxicado, desequilibrado, en un estado depresivo.
Por lo tanto, si la razón por la que bebimos el día anterior era porque nos sentíamos tristes, ahora con la resaca estamos más tristes. Y si el motivo del consumo fue para celebrar un éxito en nuestras vidas, al día siguiente nos sentimos deprimidos.
Eso sin contar las imprudencias que cometimos, que son diversas, que pasan por el sexo sin precaución, o con precaución pero con la persona que no es tu pareja, o millones de de casos similares que al día siguiente nos hacen preocupar y angustiar, con un plus de sentimientos de culpa , Tan asi que nos comenzamos a reprochar nuestro comportamiento alcohólico.
Beber con moderación no es malo,
lo que pasa es que las gente de ahora y aun mas haciendo referencia en los jovenes no tenemos una inclinación irreparable hacia los excesos. “Tome con medida”, dice la publicidad, pero no hay medida para la publicidad que invita a cada instante al consumo. Es hora de hacer una reflexión sobre el tema, yo ya la hice y llegue a la conclusiones de definirme como una alcoholica mas del monton y este texto lo hize haciendome referencia a mis situaciones con el alcoholismo. Pero me llego la hora de reflexionar, y esto es lo que pienso. ¿y.. vos que esperas? hay millones de maneras de divertirse o ahogar las penas y no solo se puede con una botella en la mano.
Integilente F.